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(8/20) Tarea 4

Retomo esta idea, espero que para llegar al final

Había dejado mi proyecto de “blog” sobre experiencias en la enseñanza bastante abandonado, llegué a (7/20) Monitorías en la universidad | Los Estudiantes, me disculpo con los pocos o muchos que esperaban que se diera regularmente. Digamos que no fue el mejor periodo anímico para esto (además, escribiendo aparecen muchos cuestionamientos sobre lo que se ha hecho y lo que no, que a veces se vuelven fantasmas que es preferible no enfrentar si no se tiene en ese momento la fuerza necesaria).

Pero bueno, para placer de algunos y tortura de otros he decidido regresar, de hecho lo había decidido hace unos días pero no quería que mis publicaciones parecieran publicidad para que la gente inscribiera conmigo (igual las referencias que aparecen de mí en este sitio web serían un buen disuasor, lo sabemos: Oscar Bernal Pedraza | Los Estudiantes). En fin, vuelvo, y vuelvo hablando de algo que pasó en semestres recientes, el cambio en una de las tareas que dejaba a los estudiantes. Voy a empezar entonces mostrándoles el enunciado que tuvo la tarea en cuestión en el semestre pasado, 2021-20.


El propósito de esta tarea es abrir un espacio de reflexión sobre el significado de aprender y lo que sucede respecto al aprendizaje en un semestre académico. En ese sentido, puede resultar muy diferente a la concepción usual de tarea, pero eso no la hace menos valiosa o relevante.

Elija AL MENOS tres de los siguientes cuatro tópicos de aprendizaje: sobre la materia, sobre el profesor, sobre la universidad, sobre usted. Para cada uno de esos tópicos, presente AL MENOS una cosa que haya aprendido a través de las diferentes interacciones y componentes del proceso del curso (clases, exámenes, tareas, correos electrónicos relacionados, trabajo con compañeros, sesiones de estudio, ...) y mencione la situación o situaciones que generaron ese aprendizaje.

Una vez usted haya identificado, para cada uno de los tópicos el aprendizaje asociado y las situaciones relevantes para hablar de ese aprendizaje, escriba una reflexión que contenga la experiencia a partir de la cual se dio el aprendizaje, la razón por la que esa experiencia llevó a ese aprendizaje y su opinión respecto a ese aprendizaje, si considera que es valioso o que no aporta nada a lo que está buscando con su proceso en la Universidad. Pueden ser escritos cortos separados, puede ser un escrito más nutrido en el que todos sus aprendizajes se mencionen; ponga todo en un mismo archivo y listo, eso es lo que se entrega.

Como ejemplo, digamos que usted puede decir "Sobre mí, aprendí que tengo problemas para salir de grupos en los que el trabajo no funciona pero son amigos los que los conforman. Esto lo aprendí debido a que mi grupo de la Tarea 1 no fue efectivo y el trabajo fue mediocre, pero en el proceso nos hicimos amigos y por eso me sentí incómodo buscando otro grupo para la Tarea 2. Es algo en lo que creo que puedo trabajar y separar esas cosas".

El resultado no será público, será entregado por vía de buzón de actividades de Bloque Neón, así que será entre estudiante y profesor. Y al profesor no le preocupa que hablen mal de lo que hace o quien es, así que cero problema con eso, muy preferible un trabajo reflexivo y honesto por encima de uno forzadamente positivo. La idea es que reflexionen y sean honestos con su aprendizaje, no que escriban paisajes hermosos donde todos entramos al semestre siendo unos ignorantes y salimos entendiendo la razón de la existencia y el universo. De verdad, sean honestos, hablen de las cosas buenas y de las cosas malas también, a veces se aprende de las dos y está perfecto decirlo abiertamente. Y, si esa reflexión les lleva a notar más cosas de las que son solicitadas como mínimo, las pueden comentar también, se da un mínimo pero no hay máximo.


Primero, como comentario para los lectores no uniandinos, Bloque Neón es actualmente la plataforma en la que se hacen las cosas virtuales básicas de la Universidad, un LMS en términos un poco más técnicos.

Segundo, explico un poco la razón de la tarea. Cuando se es profesor de cursos básicos de matemáticas en la Universidad, los cursos tienen una capa explícita y un fondo implícito. Explícitamente el estudiante aprende a derivar pero implícitamente debería aprender a entender la importancia de la tendencia en la comprensión de los datos (Cálculo Diferencial), explícitamente el estudiante aprende a resolver sistemas de ecuaciones pero implícitamente aprende sobre problemas en los que la cantidad y la calidad de las condiciones generan resultados de diferente tipo y con impacto variado en la validez de una solución (Álgebra Lineal), cosas así. Y si el curso es de primer o segundo semestre, como sucede con muchos de estos cursos básicos, el estudiante además aprende implícitamente a manejar las formalidades de la relación con sus compañeros y profesores, entre otras (de eso ya hablé un poco en otra entrada, (3/20) University 101 | Los Estudiantes). En ese sentido, para hablar de lo implícito siempre es útil abrir un espacio en el que el “aprendedor” (aprendiz suena muy raro en este contexto, aunque es la palabra correcta) pueda reflexionar y en una introspección buscar lo que puede haber cambiado en su conocimiento y en su forma de abordar algunas cosas.

Tercero, no todos los aprendizajes van a lo mismo, no todos son académicos, no todos están relacionados con contenido, de hecho los más interesantes y valiosos para el profesional son los que se convierten en una mayor capacidad de aprender en el futuro. El ejemplo típico que les doy a mis estudiantes de esto es lo que le sucede a los economistas con las funciones Cobb-Douglas, que los marcan en toda su vida estudiantil porque aparecen en Cálculo, aparecen en Macro, aparecen y aparecen, pero que el profesional en el mundo práctico casi nunca va a usar, y esto por no ser tajante y no decir “nunca” directamente; sin embargo, C-D lo que hace es recordarle a los economistas en formación que las relaciones multiparámetricas son esenciales, que no todas son lineales y que una sobreentendida restricción universal superior hace que los componentes de las fórmulas necesiten un balance para operar adecuadamente y mucho más para llegar a una optimización, entre otras. Y esos aprendizajes, que permiten al economista profesional bien formado partir de una visión más amplia para formar y entender modelos de la realidad, son mucho más valiosas para ese profesional que dominar a placer las particularidades de C-D.

Pero bueno, paso a mi versión personal de la tarea, por si lo escrito no va ya suficientemente largo. Voy a tratar cuatro tópicos y un aprendizaje de cada uno, con una pequeña adaptación a lo que les pedí en su momento a los estudiantes: sobre la materia, sobre los estudiantes, sobre la universidad, sobre mí.

  • Sobre la materia: el semestre pasado tuve tres cursos a mi cargo, pero voy a hablar solo de los dos en los que propuse esta tarea, Precálculo y Cálculo Diferencial. Y sobre los dos aprendí lo mismo, aunque en este caso sería más prudente decir “reforcé lo aprendido”: es necesario replantear los objetivos de los cursos, no podemos esperar que estudiantes universitarios desgasten horas y horas de estudio aprendiendo a operar expresiones algebraicas o a derivar. Y si, como muchos les decimos y algunos de esos muchos realmente creemos, el objetivo es formar estructuras de pensamiento de fondo, necesitamos hacer más evidente para los estudiantes que eso es parte de los objetivos y cuáles son las actividades en las que se favorecen esos objetivos. Yo lo estoy intentando, en parte por eso esta tarea, pero falta mucho en cada materia, falta mucho en cada profesor, falta mucho en la institución. Esto lo vi en muchos momentos, pero especialmente lo vi con la reacción de sorpresa de algunos de mis estudiantes cuando les dije -en algún momento en cada curso- que el contenido plano del curso no era lo central para saber al final del semestre; no sé si para todos sea igual, pero para mí al menos sí es importante, por no decir vital, que los estudiantes avancen en un camino a ser mejores profesionales, no solo personas con más conocimiento y específicamente no mejores futuros académicos.

  • Sobre los estudiantes: aprendí que todavía hay esperanza. Sí, suena pesimista más que otra cosa, pero en realidad en la virtualidad llegó el momento en el que se sintió que no había nada que hacer diferente a verlos seguir una corriente de mediocridad y fraude, de cambiar esfuerzo por dinero y de creer que lo importante en la vida no es ser una buena persona y sí tener un “buen” título, muy entre comillas ese “buen”. Pero ver estudiantes intentándolo realmente, personas que tenían dificultades para las materias dedicando tiempo, buscando ayuda, llegando más allá de los mínimos de dedicación solicitados buscando superarse, eso me enseñó que todavía hay esperanza, al menos en una parte de ese grupo tan heterogéneo denominado “estudiantes”.

  • Sobre la universidad: este aprendizaje fue uno de los más extraños y espero que no se preste para problemas en mi relación con la institución, pero lo que aprendí de los Andes es que llega el momento en que como institución nos rendimos pero incluso cuando eso pasa intentamos que no se note. Explico: durante el semestre di clases de estos dos cursos en modo semipresencial, donde eso significaba tener estudiantes en el salón pero también estudiantes recibiendo la clase por transmisión en línea; esa semipresencialidad implicaba entonces todo un trabajo al inicio de cada clase para iniciar la sesión, verificar el funcionamiento del micrófono, ajustar la cámara que tenía un enfoque diferente para cada profesor, y así sucesivamente. Al inicio teníamos días en los que nada funcionaba, otros días en los que algunas cosas funcionaban a medias, otros días maravillosos de todo perfecto… y bueno, a mediados de semestre dejaron de suceder los días de transmisión imposible, la cámara siempre funcionaba al menos aceptablemente y el micrófono al menos dejaba que se escuchara algo y listo, nos rendimos. Se hacían todas las clases con lo que había, el equipo de audiovisuales ofrecía intentar mejorar las cosas cuando algo no estaba del todo bien pero la respuesta final era “lo revisaremos y le contamos”, los estudiantes entendieron que era mejor tener clase como se pudiera a perder más tiempo intentando ajustar hasta el último detalle y, en general, nos rendimos en la búsqueda de esa perfección de la que ya estábamos más cerca pero que nos iba a consumir toda la energía y el tiempo perseguir. Sobrevivimos, las clases se dieron, se veía decentemente, se escuchaba en algunas fuerte y en otras no tanto, pero en resumen sobrevivimos.

  • Sobre mí: aprendí que necesito mi lenguaje corporal para comunicar muchas cosas y que trabajar en hacer explícito verbalmente ese lenguaje es una necesidad si algún nivel de virtualidad se va a mantener. Esto lo aprendí debido a que los dos cursos a los que hago referencia en este texto tuvieron componente presencial y componente virtual y en muchas ocasiones en presencialidad lograba manifestar algunas ideas con movimiento de manos, señalando zonas del tablero o del salón (sí, incluso con el marco reducido de la cámara para transmisión esas cosas resultaban útiles) y que luego en las completamente virtuales eso no salía tan bien. Posiblemente hacer virtualidad con transmisión desde una sala de reuniones o algo así pueda funcionar, pero supongo que al final tendremos que usar las tecnologías Meta o cosas así, al menos yo tendré que hacerlo.

Y ya, por fin cierro este escrito. Largo, pero creo que necesario, al menos para mí.

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