Las clases con Ardila suelen ser un poco aburridas. Se queda pegado al tablero y empieza a llenarlo de garabatos (aunque su letra es más o menos decente). Mientras tanto, murmura algunas cosas sobre lo que está escribiendo, pero la verdad es que no se le entiende mucho. Eso sí, es un tipo amable, y si le prestas atención, te das cuenta de que sabe ...