Su forma de relacionarse es un poco extraña pero es querido, sabe bastante, explica suficientemente bien y está demasiado pendiente de que todas las dudas se resuelvan, lo cual es vital para un profesor de complementaria.
Normalmente en sus clases se resuelven dudas por encimita y se hacen ejercicios (a veces muy locos) que ayudan bastante. Vale la pena.